Cómo alcanzar la Verdadera Felicidad



LA VERDADERA FELICIDAD

¿Se puede alcanzar la Verdadera felicidad?

Todo ser humano sin excepcion, está luchando por encontrar la felicidad. Desde los pequeños asuntos individuales hasta los acontecimientos mundiales que influyen en la historia, todo es una expresión de vidas humanas, que están constantemente luchando por llegar a ser más felices.Pero ¿Cómo podemos alcanzar esta felicidad? 

Toda persona se siente feliz cuando se cumplen sus deseos. La palabra «deseo», sin embargo, tiende a ser malinterpretada en su sentido original, debido a que en las circunstancias presentes nuestros deseos tienden a perseguir la dirección del mal, más que la del bien. Los deseos que dan origen a injusticias, no vienen de la «mente original del ser humano». La mente original es muy consciente de que semejantes deseos llevan a la infelicidad y a la miseria.Por lo tanto, repele los malos deseos y se esfuerza por seguir la bondad. Esta es la realidad de la condición humana: Buscamos a ciegas la luz de la vida en la obscuridad de la muerte.

¿Ha existido alguien que persiguiendo el deseo malo, haya experimentado una felicidad verdadera, que llevara alegría a su mente original?. Siempre que el ser humano consigue el objeto del deseo malo, siente remordimientos de conciencia y agonia en su corazón. ¿Hay padres que enseñen a sus hijos a que hagan el mal?, ¿Profesores que eduquen a sus alumnos para que no sean honrados? El impulso de la mente original que cada uno posee, es detestar el mal y exaltar el bien.

En la vida de los hombres religiosos podemos ver una intensa y amarga lucha por hacer el bien, esforzándose en seguir el deseo de su mente original. Sin embargo, desde el comienzo de la historia, ni siquiera una persona ha seguido estrictamente su mente original. Como San Pablo señala: «No hay quien sea justo, ni siquiera uno solo, no hay un sensato, no hay quien busque a Dios» (Rm. 3:10-11).Confrontado por esta condición humana se lamentaba: «Pues, según el hombre interior, me complazco en la ley de Dios, pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Pobre de mí!» (Rm. 7:22-24).

Hay una gran contradicción en cada ser humano. Dentro del mismo individuo hay dos inclinaciones opuestas: la mente original, que
desea la bondad y la mente mala o caida que desea lo contrario.
Existe una lucha constante por alcanzar dos propósitos opuestos. Cualquier ser poseyendo tal contradicción dentro de sí está
destinado a perecer.Hasta que no resolvamos esta contradicción 
dentro nosotros, no podremos alcanzar la verdadera felicidad.

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