La oración, antena hacia el mundo espiritual

La oración,  antena hacia el mundo espiritual

La oración puede abrir nuestra mente, puede abrir nuestro futuro...¡ Hay un gran poder en la oración!

Si recibimos en oración que vamos a encontrar a una determinada persona en cierto lugar, cuando vayamos allí esa persona aparecerá. Si nos tomamos esto muy en serio, estas cosas acontecerán. La hipnosis puede transportar a una persona a otro estado de conciencia, pero la oración puede hacer tanto, que puede cambiar vidas. No hay distancia o límite sobre su influencia porque el poder del pensamiento viaja adonde quiera. Podemos movilizar el mundo espiritual  por el poder de la oración. Muchos han experimentado que Dios puede trabajar a través de la oración en diferentes formas. No hay límite para el poder de la oración.

Cuando tenemos la actitud correcta en la oración milagro tras milagro puede suceder. La oración es como un misil descargado y se necesita una fundación sólida. No se debe orar por codicia para uno mismo. Esa oración será dañina para el que la practica. La oración pública, la oración por otros, nos limpiará y nos elevará más y más alto.

Si vivimos con esta sensibilidad hacia el mundo espiritual, sentiremos lo que está por venir. Nuestra percepción se agudizará y podremos prepararnos para el futuro. Somos como dos personas en una. Nuestro ser interno es como un espejo, limpio y brillante. Cuando el ser interno y externo no están sincronizados sentimos angustia, pero cuando están perfectamente alineados sentimos alegría y fuerza. Esto acontece cada día dentro de nosotros. Cuando vemos a una persona nuestro ser interno puede decirnos que clase de persona es,  si conversamos con una persona, un sexto sentido nos puede decir cuan veraz es. Cuando alguien entra a una habitación, se puede percibir si trae buenas noticias o malas.

No rechacemos este ser interior, más bien consúltemosle siempre. Cuando estamos elevados espiritualmente, nos podemos conectar fácilmente con nuestro ser interior. Tenemos un ser espiritual interior y desea hablar con nuestro ser físico. Puede que no tengamos ninguna intención de decir nada, pero de repente encontramos que nuestra boca se está moviendo. Ese es nuestro ser interno hablando. Incluso las ratas en un barco pueden sentir cuando el barco está en peligro y huyen, ¿Pero cómo el ser humano, la creación suprema de Dios, sabe cuando la vida o la muerte está llegando? ¿No deberíamos estar alerta cuando un cierto destino se aproxima? Para que nuestro ser interno y ser externo lleguen a ser uno necesitamos el poder de la oración.
Es una traducción del inglés