Parte de Nuestra Historia: Padre Moon, 1920

Parte de nuestra historia (13)



1920
Un tiempo antes de que el Padre naciera ocurrieron muchas señales espirituales dentro y fuera de su familia. Su abuelo vio una señal espiritual en el cielo, señal premonitoria de un gran acontecimiento. Incluso muchos vecinos fueron testigos del inusual acontecimiento. Cuando el Padre finalmente nació ocurrieron algunos sucesos milagrosos. Muchas personas fueron poseídas espiritualmente y comenzaron a hablar en lenguas, veían visiones del futuro y se vieron señales celestiales. Algunos miembros de la familia del Padre fueron atacados espiritualmente y murieron. Ocurrieron tragedias en la propia familia del Padre, así de serio era ese acontecimiento. No era solo un nacimiento más, sino que ese día marcaría a Corea y a esa familia para siempre.
También ocurrieron fenómenos milagrosos cuando el Padre era joven. Por el propio testimonio del Padre sabemos que sentía a Dios a su alrededor constantemente, y podía comprender el bien y el mal al momento, por intuición, no por conocimiento. Ya desde su niñez, se notaba que Sun Myung Moon se diferenciaba de los demás niños de su edad. Por esta causa había sido muchas veces objeto de burla, siendo azotado por sus compañeros de juego de más edad. Desde muy pequeño el niño debió sufrir ataques casi constantes. Él comprendía que algo había detrás de estas cosas, aunque el verdadero significado lo llegaría a comprender algunos años más tarde.
Tuvo tres hermanas y un hermano mayores y tres hermanas menores. Su familia era muy respetada en toda la comunidad. En un principio de religión Budista, luego en 1930 su familia se convierte al cristianismo y participa en la Iglesia Presbiteriana. Toda la familia participa de forma muy activa en la nueva religión, a la que llegaron luego de muchas revelaciones. Desde muy chico el Padre tuvo un contacto permanente con los temas religiosos.
Su niñez no fue sencilla. Además de los ya mencionados ataques de los chicos mayores de su propio pueblo, estaba ese sentimiento de ser distinto, de tener algo en su interior que debía salir. El Padre dijo que nunca pudo ni siquiera tener un perro de mascota por mucho tiempo, ya que siempre se le moría. Pronto entendió que él debía comprender el corazón de Dios, lo solitario que Él se sentía al haber perdido a Sus hijos. El Padre llegó a comprender esto muy profundamente en su juventud. Esa comprensión cambiaría la dirección de su vida para siempre. Y no solo su vida cambiaría, sino que la vida de millones de personas en el mundo ser verían modificadas, afortunadamente.
Casa del Padre en Korea del Norte
Casa del Padre en Korea del Norte

Retrato del Rv. Moon tomado en 1933




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